jueves, 20 de octubre de 2011

El espejo roto



No tengo nada que decir, no tengo nada que entender.
Dejemos la coherencia congelada entre suspiros y arranquémonos la culpa (no sin antes saborearla). Muérdete las uñas, golpea la pared, rompe el espejo. Eso somos; añicos.
Gajos que quieren ser fruto y terminan siendo semillas.
Trizas, pizcas, fragmentos.

Eres yo si no quieres serlo. El que tiene miedo al cielo, terminará volando; viviendo sueño ajeno. Antónimos de sinónimos oníricos.

Miedo a la muerte sólo por ser parte de la vida.
Miedo a decir, sólo por no tener nada que entender.


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